Escrito por Elena
Aprended esta fórmula si sois principiantes y además vivís lejos de la huerta:
De todos es sabido que los comienzos siempre son más duros. Para hacer una planificación realista de lo que necesitamos producir y podemos abarcar nos haremos algunas preguntas:
- ¿de qué partimos? No es lo mismo un monte, que un prado, que una huerta abandonada.
- ¿cuánto terreno tenemos?
- ¿cuántas personas trabajaremos en la huerta?
- ¿cuántos días a la semana?
- ¿cuántas horas cada día que vayamos?
- ¿a cuántos consumidores tendría que abastecer nuestra huerta?
- ¿qué nos gustaría cultivar? Hacer un listado de cultivos
- ¿qué necesitaremos?: herramientas, riego, abonos, invernadero...
- ¿cuánto dinero nos va a costar? Hacer un presupuesto
Con respecto a este último punto, es fundamental minimizar los costes: no comprar más que lo estrictamente necesario.
En lugar de comprar abonos, ver la manera de conseguir estiércol y hacer compost reciclando todo los desechos de la huerta, la basura orgánica de casa (solo si vivís junto a la huerta),restos de siega, etc.
Comprar pocas herramientas al principio; ya iremos viendo con la práctica si necesitamos alguna más; en los rastros suele haber herramientas de segunda mano en buen estado.
No comprar preparados fitosanitarios sin necesidad, pues son caros (los de la agricultura ecológica también) y en formatos pensados para los profesionales, con lo cual caducarán cuando todavía estén casi llenos; podemos preparar los esenciales en la huerta a partir de plantas silvestres como la ortiga, cola de caballo, etc., y minerales como la caliza, azufre, sulfato de cobre...
Otra solución es comprar, por ejemplo un insecticida vegetal, entre varios si conocéis más gente que tenga huerta. Intercambiar plantas y semillas con otros hortelanos si es posible. Si precisamos de un pequeño invernadero podemos hacerlo casero, con varillas de encofrar o tubo de fontanería.
Eso sí, es muy importante no descuidar la estética de nuestra huerta: tratar de evitar que tenga un aspecto marginal, lo cual no es incompatible con el uso de materiales reciclados, sino que es más bien una cuestión de actitud y sensibilidad. Vuestro bienestar interior lo agradecerá y el paisaje rural también.
Así pues, una nueva fórmula:
En el fondo no es tan diferente de cualquier negocio material ;-)